martes, 26 de julio de 2011

Historia de Vitoria - Gasteiz 12º capítulo.


CAPÍTULO DUODÉCIMO

EL PACTO DE ARRIAGA O VOLUNTARIA ENTREGA
                                        
                                                     2 de abril de 1332


(VITORIA FRENTE A LAS ALDEAS VECINAS)


     En aquella época mientras Victoria y Salvatierra eran unas villas realengas, Álava tenía su propio gobierno con una entidad representativa: LA COFRADÍA DEL CAMPO DE ARRIAGA. Esta institución era un señorío apartado, es decir sin funcionarios reales, pero incluido bajo la órbita del reino de Castilla, siendo el rey castellano su máximo señor. Así se reconoce en diversos documentos. La Cofradía de Álava podía nombrar a su señor más cercano, éste tenía prerrogativas en justicia, fiscalidad y cuestiones militares. Las reuniones de los cofrades se celebraban en el campo de Arriaga.

     La primera referencia clara a la Cofradía data de 1258.
     Poco a poco los distintos privilegios concedidos a Victoria por sucesivos reyes, fueron creando recelos con las aldeas vecinas, alguna de ellas, las más cercanas, incorporadas incluso a la villa de Victoria, lo que enturbió las relaciones entre ambas instituciones.
     Esta Cofradía defendía los intereses de los nobles rurales, poseedores de las tierras, que se veían amenazados por el expansionismo de Victoria y Salvatierra.
    Vitoria tuvo privilegios tanto económicos como administrativos desde su fundación. Sancho VI de Navarra, eximió a sus habitantes del pago de la fonsadera (multa o impuesto que tenían que pagar los que no acudían a filas del ejército real)
     Con motivo de un enfrentamiento entre el Concejo de Vitoria y la Cofradía, por decisión del rey Alfonso X, la Cofradía en 1258, entregó al rey castellano 16 aldeas, de las cuales 9 pasaron a poder de Vitoria que amplió su alfoz o jurisdicción municipal y el resto pasó al de Salvatierra. Además determinó que en adelante el Campo de Arriaga perteneciera a Victoria.
    Hasta 1331 habían pasado 51 aldeas a manos de Victoria. Ante esta situación los nobles de la Cofradía entraron en un estado de preocupación y de malestar muy grandes, con lo que las relaciones con la villa se enturbiaron.


Ermita de Arriaga

     Las cosas se complicaron todavía más en 1332 tras una sentencia real de ocho de febrero, por la que Alfonso Xl falló a favor de Victoria y en contra de la Cofradía de Arriaga, sobre la posesión de 45 aldeas que se disputaban ambas instituciones. En este litigio hizo de árbitro, Juan Martínez de Leiva, Camarero mayor del Rey que falló a favor de Victoria, ya que solamente dio la razón a la Cofradía en cuatro de las cuarenta y cinco aldeas en litigio. De todas formas parece ser que todas estas donaciones habían sido precedidas por la compra de los terrenos afectados por parte de los habitantes de la villa de Victoria; por lo que el cambio es de dependencia, de jurisdicción. Por otra parte Salvatierra reclamaba otras treinta aldeas.

     Con este estado de cosas, y por temor a ser engullidos por las villas realengas de Vitoria y Salvatierra, los cofrades decidieron entregar el SEÑORÍO DE ÁLAVA A LA CORONA DE CASTILLA. Al mismo tiempo disolvieron la Cofradía de Arriaga.
Este acto, conocido como PACTO DE ARRIAGA o de LA VOLUNTARIA ENTREGA, se realizó el 2 de Abril de 1332.





Representación romántica  de la "Voluntaria entrega", obra de Juan ángel Sáez. 
Pintado en 1864. Propiedad del  Museo de Bellas Artes de Álava.

     Teniendo conocimiento de la estancia de Alfonso XI en Burgos, Fernán Pérez de Ayala, Juan Ruiz de Gauna y el Obispo de Calahorra, como emisarios pusieron en conocimiento del rey la intención de entregar a Castilla el Señorío de Álava. Agradecido el rey por la noticia, se puso en camino hacia Vitoria y habiendo llegado a ella se congregó en el Campo de Arriaga la Cofradía, conforme a su antiquísima costumbre. El obispo de Calahorra D. Juan Rodríguez de Roxas hizo de portavoz de la Cofradía como miembro que era de ella.  También estuvieron presentes los siguientes miembros de la nobleza: Lope de Mendoza y Beltrán Yáñez de Guevara con sus hijos Ruy López y Ladrón de Guevara, Juan Hurtado de Mendoza. Fernán Ruiz, arcediano de Calahorra, Diego Hurtado de Mendoza, Fernán Pérez de Ayala, Fernán Sánchez de Velasco, Lope García de Salazar y Ruy Díaz de Rojas. Ademas de otros hijosdalgos, ricos hombres e  infanzones, caballeros, clérigos y escuderos.

     Esta entrega la utilizaron entre otras cosas para resolver sus problemas consistentes en la mengua de sus tradicionales fuentes de ingresos, ya que se nutrían hasta entonces de las rentas de sus campesinos, pero muchos de estos campesinos se iban desvinculando de su influencia al pasar a depender de las villas.
     Al pasar la nobleza alavesa al realengo castellano, lograron alcanzar una serie de objetivos deseados desde hacía mucho tiempo (21): En primer lugar, la confirmación de su estatuto jurídico como hidalgos, lo que suponía en términos fiscales, como exentos, en un momento en el que la fiscalidad real era muy elevada; en segundo lugar, el derecho de persecución de los campesinos que abandonaban sus tierras para irse a las villas, de este modo fijaban a los campesinos a la tierra y asentaban su poder. Esto era un objetivo que habían solicitado desde 1258 por primera vez a Alfonso X; y por último, el control de acceso al aprovechamiento del monte y del bosque, en un momento en el que ambas cosas eran muy solicitadas por la demanda fuerte de tierras de cultivo. Además consiguieron la prohibición real de construir nuevas ferrerías para defender el patrimonio forestal.
     Solicitaron al rey también, que pusiera Fuero escrito, así como Alcalde y Merino que hiciesen justicia; pero que fuesen hijosdalgo naturales herederos y arraigados en Álava.

     Este es el pasaje de la crónica de Alfonso XI que narra la incorporación del señorío de Álava a la corona real, en 1332. El documento fue escrito durante el reinado de Enrique II (1369 – 1379) :


     “Acaesció que antiguamiente desque fue conquistada la tierra de Álava, et tomada á los Navarros, siempre ovo señorío apartado: et este era qual se lo querían tomar los Fijos-dalgo et Labradores naturales de aque¬lla tierra de Álava. Et á las veces tomaban por Señor alguno de los fijos de los Reyes; et á las veces al Señor de Vizcaya; et á las veces al de La¬ra; et á las veces al Señor de los Cameros. Et en todos los tiempos pasados ningún Rey non ovo señorío en esta tierra, nin puso y oficiales para facer justicia, salvo en las villas de Vitoria et de Treviño que eran suyas; et aquella tierra sin aquestas villas llamábase Confradía de Álava. Et aquel á quien ellos daban el señorío, dabanle servicio muy granado, demás de los otros pechos foreros que decían ellos el semoyo et el boy de Marzo. Et el Rey seyendo en Burgos, vinieron y á él Procuradores desta Confradía de Álava, omes Fijos-dalgo et Labradores con procuración cierta de todos los otros: et dixieron al Rey que le querían dar el señorío de toda la tierra de Álava, et que fuese suyo ayuntado a la corona de los regnos; et que le pedían merced que fuese rescibir el señorío de aquella tierra; et que les diese fuero escripto por dó fuesen judgados, et posiese oficiales que feciesen y la justicia. Et el Rey por esto partió luego de Burgos, et fue á Vitoria. Et estando allí veno á él Don Joan Obispo de Calahorra, et dixole: “Señor, qualquier que sea Obispo de Calahorra es de la Confra¬día de Álava: et yo así como Confradre desta Confradía vos vengo a de¬cir que todos los Fijos-dalgo et Labradores de Álava están yuntados en el campo de Arriaga, que es logar dó ellos acostumbran facer junta desde siempre acá; et rogaronme que veniese á vos decir et á pedir merced que vayades á la junta dó ellos están, et que vos darán el señorío de Álava, según que vos lo enviaron decir con sus mandaderos. “Et el Rey por esto fue á la junta del campo de Arriaga. Et todos los Fijos-dalgo et Labradores de Álava diéronle el señorío de aquella tierra con el pecho forero, et que oviese los otros pechos reales, según que los avía en la otra del su señorío. Et pedieronle merced que les diese fuero escripto; ca fasta allí non lo avian sino de alvedrio. Et el Rey rescibió el señorío de la tierra, et dióles que oviesen el fuero de las leyes, et puso y Alcalles que judgasen los de la tierra, et Merino que feciese justicia”


     Con este acto, con la Voluntaria entrega, los señores alaveses, determinaron en 1332 las bases para resolver los problemas que venían arrastrando desde el pasado, logrando una solución que resolvía sus problemas económicos y sentaba las bases de dependencia de sus súbditos, lo que les colocaba en buena disposición para prepararse para los tiempos venideros.

    Según palabras de J.J. de Landázuri: “Hasta aquí corrió la nobilísima Provincia de Álava por más de seiscientos años, gozando en su gobierno de ¿“ independencia ”?, sin tener otro Xefe y Señor que aquel que ella misma elegía y nombraba por medio de la Cofradía del Campo de Arriaga, con la más libre y espontánea voluntad".



Detalle del cuadro de Juan Ángel Sáez


     Landázuri en su Historia Civil de Álava hace una relación de Señores de la Cofradía. En ella llega a citar a dieciocho titulares de la misma. Si se toman únicamente los habidos desde 1200, fecha de la toma de Álava por Alfonso VIII de Castilla, hasta la Voluntaria Entrega, tendremos los siguientes:

Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya. (1200 – 1214)

Don Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya. (1214 – 1236)
Don Nuño González de Lara, señor de Lara. (1236 – 1246)
Don Diego López de Haro, señor de Vizcaya. (1246 – 1254)
Don Fernando de la Cerda, infante heredero de Castilla. (1273)
Don Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya. (1273 – 1288)
Don Juan Alfonso de Haro, señor de Cameros. (1288)
Don Diego López de Salcedo.

    El historiador Gonzalo Martínez Díez en su obra “ Álava Medieval “(Edit. Diputación Foral de Álava - 1974) pone en duda la verdadera titularidad de señor de la Cofradía, de algunos de los aparecidos en la lista de Landázuri.




CRISIS DEL SIGLO XIV

     Victoria, como toda Europa en general, sufrió en el siglo XIV una crisis en todos los sectores económicos que afectó a su desarrollo, sufriendo un parón demográfico.

     Las causas fueron muy variadas:
- Varias epidemias de peste; sobre todo la de 1348, conocida como “peste negra", que partiendo de Asia alcanzó Crimea, y desde allí se extendió por toda Europa. Esta epidemia supuso la pérdida de más del 25 % de la población europea.
- Una climatología terriblemente adversa que se tradujo en años sucesivos de malas cosechas, abandono de tierras de cultivo y el consiguiente abandono de algunas aldeas, hasta 78 en Álava en ese siglo.
- Las abundantes guerras y conflictos. Aquí habría que destacar la: Guerra dinástica sostenida entre el rey de Castilla Pedro I y su hermanastro Enrique de Trastámara y la lucha de Bandos entre Gamboínos y Oñacinos del País Vasco, Ayalas y Callejas en Vitoria.

Para saber más:

"Álava medieval" Gonzalo Martínez Edit. Dip. F. de Álava 1974
"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"Vitoria medieval" Varios Edit. Exc. Ayunt. de Vitoria 1993
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.)Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997

martes, 12 de julio de 2011

Historia de Vitoria - Gasteiz 11º capítulo




CAPÍTULO UNDÉCIMO

VICTORIA SE CONVIERTE EN UN CENTRO ARTESANO

     El impulso dado por el auge comercial, hace que Victoria fuera convirtiéndose en esa época, finales de la Edad Media, en un importante centro artesanal. Esto se puede comprobar por los libros parroquiales, donde aparecen los nombres de las personas con su correspondiente oficio y en otros documentos como pueden ser las actas de reuniones del Consejo municipal y otros tipos de documentos. Un símbolo de todo ello son sobre todo el nombre de las calles gremiales: Pellejería o Correría, Zapatería, Herrería, Cuchillería, Pintorería, Cantón de las Carnicerías, Plaza de las Brullerías, Campo de los Sogueros. (Denominación desaparecida recientemente) Según el arquitecto vitoriano Emilio de Apraiz se debería decir Correería, con dos “e”, que no Correría.

     Algunos estudios sobre este tema inclinan a pensar que hubo más calles con este tipo de denominación o partes de las actuales tenían nombres diferentes como: Astería (Las Escuelas?), (Pescadería o Fray Zacarías?) y Tendería. (Los asteros confeccionaban astas, picas, lanzas - La rúa de la Tendería reunía a los comerciantes) La distribución de oficios no se correspondía tan exactamente como sus nombres lo indican, ya que los artesanos estaban algo mezclados por las distintas calles.
     Estas calles tendrían una gran actividad, un ir y venir de gentes, ruidos de distinta clase provenientes de los talleres, olores...
     Era esta industria de carácter artesanal y pequeña, de corta producción y reducido consumo, que se limitaba a un ámbito local y provincial y sólo destinada a cubrir pequeñas necesidades. Tengamos en cuenta que la consideración del País Vasco como zona exenta de impuestos a los productos venidos del extranjero, desaconsejaban o retraían la instalación de una industria de mayor relevancia.
     Las actividades más destacadas fueron las relacionadas con el curtido y la elaboración de productos de cuero: adobadores, pelegeros, correeros, zapateros; así como las derivadas de la manipulación del metal: herreros, cerrajeros, caldereros,latoneros, además hay que tener en cuenta los oficios que tengan que ver con la elaboración de paños y demás productos textiles. De todas formas es a finales del siglo XV, cuando la actividad textil alcanza un mayor apogeo, debido a la autorización real para instalar sesenta telares “para labrar pannos con que los pobres tuviesen en que trabajar e vivir“, según reza la Orden Real. El resultado fue un pequeño centro pañero, al estilo de los de Durango o Vergara, que tuvo actividad hasta el siglo XVII. Producían paños baratos para las clases populares locales o provinciales.



Pañero ( Clave de la Casa del Cordón )

     El trabajo de artesanía estaba basado en el taller o casa taller. En las ciudades las personas relacionadas con el comercio y los oficios vivían en la llamada ”casa grande“; en ella no había ninguna separación entre casa y taller. Los talleres y los comercios se situaban en los bajos de las casas, a pie de calle, mientras que las dependencias familiares se instalaban en las plantas superiores.

     El trabajo de un taller se dividía en: Maestro artesano, oficiales y aprendices. Para ingresar en un gremio se debía comenzar como aprendiz de un maestro y al cabo de cinco o seis años, según el oficio, se podía pasar a ser oficial, mediante la superación de una prueba, la realización de un trabajo u obra maestra por la que se demostraba la perfección técnica. Dicha prueba era supervisada por representantes del gremio, los veedores, que avalaban o rechazaban dicho ascenso. La edad de incorporación del aprendiz solía estar en torno a los catorce años. De todas las maneras era frecuente que la titularidad del taller, el cargo de maestro, pasara de padres a hijos o en su defecto a parientes próximos como yernos o sobrinos.
     A los aprendices venidos de fuera, se les hacía un contrato de trabajo que se formalizaba ante un escribano, los hijos no lo necesitaban. Por este contrato, la patria potestad pasaba de los padres del muchacho al maestro artesano. Con este motivo los aprendices de artesanos y los servidores del comercio vivían en la casa del patrón o del maestro artesano con el resto de la familia de éste. En este seno familiar recibían educación en el oficio, así como educación moral y de otras índoles. El maestro se comprometía también a dotarle de alimentos, cama, limpieza, ropa y calzado, así como buen tratamiento. Eran centros de formación y lugar donde iban aprendiendo los aprendices y los oficiales a socializarse y a integrarse en el mundo corporativo, bien fueran hijos del artesano o muchachos venidos de fuera. Los aprendices además ayudaban en las labores de la casa junto a los sirvientes.
Durante este periodo los aprendices suponían mano de obra gratis, ya que no cobraban ningún tipo de jornal. Por el contrario, en algunos oficios, el tutor o fiador pagaba ciertas cantidades de dinero, como compensación de los materiales estropeados por la falta de pericia del aspirante. Esto sucedía fundamentalmente en oficios artísticos como plateros, escultores o pintores.
     En la Baja Edad Media, los artesanos se van agrupando según el oficio desempeñado en organizaciones llamadas GREMIOS. Éstos fueron creados para defender todo lo referente a su oficio como precios, ingreso de aprendices, acceso a la maestría, etc. Para ello se creaban ordenanzas que reglamentaban la producción, las materias primas, las características de los productos, los precios de venta, etc. Con todo ello se evitaba la competencia entre ellos, todos salían beneficiados por esa unión. De todas formas las primeras ordenanzas conocidas en Vitoria son del siglo XVI, las del gremio de sastres y calceteros, erigidas en 1539, bajo el patrocinio del Apóstol Santiago, en la Iglesia Colegial de Santa María.
       Las actividades artesanales cuando eran consideradas insalubres o producían olores desagradables se hacían fuera del recinto amurallado, como las realizadas por curtidores, tintoreros y olleros. Ejemplo las Tenerías de Aldabe, situadas en esa zona desde 1498 a petición de los vecinos.
     Puestos singulares de los gremios fueron los CONCERTADORES, los VEEDORES y los MAESTROS DE TRAZAS.
     Los concertadores, en algunos gremios, se encargaban de abastecer de materias primas a los compañeros de su gremio, comprando al por mayor, evitando intermediarios y procurando abastecer por igual a todos los miembros del gremio para evitar la competencia desleal y el acopio por parte de algunos, sobre todo en épocas de escasez de materias primas.
     Los veedores además de examinar a los aprendices, vigilaban la calidad de los productos, realizando inspecciones periódicas por los talleres, siendo multados y requisada su producción si no alcanzaba la calidad requerida por el gremio.
     Los maestros de trazas facilitaban los materiales para la prueba maestra.
     Las viudas de maestros artesanos tenían derecho, durante un año a servirse de la producción de un oficial. Pasado este periodo de tiempo, bien se casaba con un oficial o se ponía de acuerdo con otro taller que avalara su producción.
      Para los oficiales el matrimonio, bien con la hija del patrón o en su caso con su viuda, era una de las maneras de promocionarse en su oficio.
      Los gremios estuvieron vigentes en España hasta 1813, momento en el que las Cortes de Cádiz los disolvieron.
     Además de los gremios, otras asociaciones importantes fueron las COFRADÍAS Y LAS VECINDADES.
     Las COFRADÍAS eran organizaciones de carácter religioso. Llegó a haber treinta y un cofradías, de las que algunas eran de carácter gremial.
     Las VECINDADES o agrupaciones de vecinos. ( Hubo veintiún ) Se delimitaban entre dos cantones. Intentaban suplir las deficiencias asistenciales del municipio. Sus fiestas patronales han tenido hasta tiempos recientes cierto prestigio.
     Se tienen pocas noticias sobre ambos tipos de organización en la Edad Media, por lo que el tema se tratará con más detalle en la Edad Moderna.

Para saber más:


"Álava medieval" Gonzalo Martínez Edit. Dip. F. de Álava 1974

"Álava en sus manos" Varios Edit. Caja P. de Álava 1983
"Vitoria medieval" Varios Edit. Exc. Ayunt. de Vitoria 1993
"De Túbal a Aitor" Iñaki Bazán (direct.)Edit. La esfera de los libros. 2002
"Historia civil de Álava" J.J. Landázuri Edit. Gran Encicl. Vasca 1973
"Historia de Álava" A. Rivera (direct.) Edit. Nerea S.A. 2003
"Síntesis de la Historia del P.Vasco" Martín de Ugalde Edit. Elkar S.A. 1983
"Historia de Vitoria" P.Manzanos y J.M. Imízcoz Edit. Txertoa 1997